miércoles, 8 de mayo de 2013

Entre censura y crítica





Adrián Uriarte Bermúdez- La publicación “Censurados recuerdan a Guillermo Rothschuh”, elaborada por El Nuevo Diario, confirma la tesis de la escuela de Frankfurt de que los medios de comunicación muchas veces actúan como aparatos ideológicos en la sociedad. Esta pieza busca desacreditar a uno de los más férreo defensores de la libertad de expresión en Nicaragua. Al parecer el rotativo no contento con el editorial “Las mentiras de Rothschuh”, recurrió a una segunda difusión disfraza de noticia, para hacer propaganda negra contra la credibilidad de Rothschuh Villanueva. Pero ¿por qué El Nuevo Diario actúa con la misma lógica de poder de un partido político o un régimen autoritario?


En la búsqueda del fortalecimiento de la libertad de expresión, los medios necesitan referentes e interlocutores que alcen la voz contra las discrecionalidades del poder. Una premisa que se puede constatar cuando periodistas y medios sienten las mordazas de la maquinaria oficial, acuden a fuentes creíbles en materia de libertad de expresión con la visión de que terminen disuadiendo ética y jurídicamente al Estado o grupos de poder. Basta revisar las páginas de El Nuevo Diario, para constatar que este impreso también reconoce que Rothschuh Villanueva es una autoridad en materia de libertad de expresión, entonces ¿Por qué ahora Rothschuh Villanueva pasó de héroe a villano?

El doble tratamiento mostrado por El Nuevo Diario contra Rothschuh Villanueva, ratifica de alguna manera, el argumento de Ignacio Ramonet quien califica de tiranos aquellos medios que constantemente hacen campañas de manipulación contra aquellas voces que se escapan de su influencia. Se trata de una visión de garrote y zanahoria, ajena a la libertad de expresión la cual se traduce en otorgar como premio la categoría de “analista” o “experto” a las fuentes que están en sintonía a la política editorial; y para las fuentes de información que disienten con la política editorial reciben campañas de desprestigios. Al parecer, El Nuevo Diario, está asumiendo esta misma lógica enviando mensaje para el resto de fuentes de información de que se deben plegar a la nueva línea editorial de lo contrario dejaran de ser “analistas” o “expertos”. 

Resulta un contrasentido que los medios hablen de censura. ¿Cómo se puede clasificar el hecho que El Nuevo Diario desde hace casi un año cerrara la columna en la página de opinión de Rothschuh Villanueva? Desde entonces Rothschuh Villanueva, dejó de ser consultado por este rotativo como analista y especialista en comunicación. No contento, con este tipo de censura, ahora intentan hacer campaña para desacreditarlo, manipulando el contexto de la censura de los años ochenta. Se trata de un viejo recurso desgatado, y utilizado por algunos medios cada vez que el lente crítico de Rothschuh Villanueva descodifica aquellas políticas editoriales que atentan con el principio de la libertad de expresión de periodistas y lectores.

Un medio de comunicación se muestra consecuente con los principios de la libertad de expresión, en la medida que expresa tolerancia y receptividad ante las críticas de otros actores en la sociedad. La actitud asumida por El Nuevo Diario contra el comunicólogo Guillermo Rothschuh Villanueva denota que en nuestro país, está costando alcanzar la democratización en los medios. Olvidan que en el juego democrático nadie está exento a la rendición de cuenta, y que en la construcción de la democracia todas las instituciones necesitan de pesos y contrapesos. La crítica hacia los medios es necesaria para fortalecer al mismo periodismo. 



El caso de El Nuevo Diario contra Rothschuh Villanueva, ratifica que uno de los trabajos más difíciles del intelectual en nuestros días, ya no es cuestionar la administración pública, sino criticar a los medios de comunicación que se ubican privilegiadamente frente al resto de poderes, sin jamás someterse al escrutinio de audiencias, lectores y sociedad civil. En el fondo el malestar de este impreso evidencia la arrogancia del poder, contra un ciudadano ilustrado cuya palabra pesa en la opinión pública, y por lo tanto, intentan aplastarlo mediáticamente. Con este tipo de tratamiento El Nuevo Diario, lejos de promover un debate de altura, terminan sembrando odio, discriminación y polarizando el periodismo.
 


*Comunicólogo

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