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Tomada de enresa.es |
Un reclamo contante que especialistas, ONG,
movimientos y ambientalistas, formulan a
periodistas y medios de comunicación, obedece a la presencia simbólica del tema
ambiental en la agenda pública. Para dar repuestas a estos vacíos en la agenda,
desde hace 20 años diversos actores de la sociedad civil y academia han venido
facilitando procesos de capacitación con la visión de que periodistas y medios se
sensibilicen alrededor de esta problemática.
Y aunque existen avances
significativos, todavía persiste el cuestionamiento ¿por qué los medios no
tejen una agenda los 365 días del año y las 24 horas con el mismo interés que
cobra la política, empresariales y nota roja?
El surgimiento de la Red de Periodistas Ambientalistas
y Red de Comunicadores Ambientalistas de la zona norte de Nicaragua ha sido un
primer peldaño en busca de la construcción de una agenda verde. Estas redes
están integradas por Telenorte, ABC Estéreo, Radio Ecológica, Radio Hermanos,
Radio Voz y Radio Segovia) es la que más incidencia ha realizado. También en Camoapa
bajo la dirección de Juan Carlos Duarte, vienen haciendo valiosos aportes en el
tema ambiental; y en León los
periodistas María Nela Flores, Jorge Luis Calderón y Radio Darío; y Chinandega,
la periodista Carol Munguía; en Jinotepe el periodista Jonathan Rivera; y en
Managua los periodistas Amilcar Espinoza, Wilder Pérez, Wendy Quintero y el
profesor Darwin Juárez.
La existencia de una red de periodistas, es un indicio
del compromiso social que viene asumiendo el gremio periodístico para agendar
de forma permanente esta temática. Sin embargo, esta iniciativa resulta
simbólica frente a la centralidad que cobran la agenda política, empresarial y
nota roja en los principales medios de comunicación. Un hecho que ratifica la
necesidad que los principales propietarios de medios de comunicación también asuma
compromiso, fijando secciones especializadas en fiscalizar la administración
pública y privada en este asunto.
La necesidad de armar una agenda ambiental, supone
romper esquemas y prácticas dominantes en las salas de redacción. En primer
lugar, se requiere superar el abordaje efeméride, como ejemplo el Día de la
Tierra; segundo, se necesita ampliar los criterios de noticiabilidad más allá de
hechos duros: eventos telúricos, huracanes, temblores, terremotos, y quemas de
bosques; tercero, se requiera ampliar la agenda más allá del Cambio Climático,
Efecto Invernadero, Fenómeno del Niño y Niña; cuarto, urge contar con
periodistas especializados en el tema que permitan traducir el discurso
científico a un lenguaje ilustrativo, pedagógico y cotidiano; quinto, se
necesita abandonar prácticas sensacionalistas con tonos alarmantes que lejos de
informar provocan histeria colectiva en la psicología de las audiencias y
lectores.
Sexto, también se necesita superar los enfoques
“monodisciplinario” (Coutiño: 2013) e
incorporar temáticas trascedentes como: Huella Hídrica, Gobernanza Ambiental y
Desarrollo Sostenible, sobre todo porque las audiencias merecen conocer el
concepto de Huella Hídrica para ampliar el horizonte del consumo de agua y ver
su relación directa con la canasta básica; así mismo se necesita mayor
divulgación en relación a los marcos jurídicos en materia ambiental; y
finalmente conocer la relación directa entre desarrollo sostenible y medio
ambiente, un tema que siempre se aborda desde un enfoque económico y se omite
su relación directa con los recursos renovables.
El mexicano Julio
Coutiño, especialista en recursos naturales y desarrollo rural en su ensayo, La
Responsabilidad de abordar temas ambientales (Razón y Palabra: 2013)
plantea que entre los principales desafíos de informar acerca del estado de los
temas ambientales, consiste en superar la “apreciación laxa” pensar que se trata
únicamente de ‘plantitas’ y ‘animalitos’, y por otro lado, lograr que los
asuntos ambientales trasciendan del abordaje exclusivamente científico hacia el
interés público.
Para construir una agenda
verde se requiere dejar de pensar únicamente en el impacto ambiental como
principal criterio de noticiabilidad e incorporar otros parámetros, que
permitan contar historias los 365 días del año, las 4 horas del día, en aras de
promover una cultura hídrica hacia ciudadanía, Estado, sociedad civil, sector
privado y universidades. Para alcanzar este fin, resulta crucial que los medios
como mediadores del espacio público insistan que la agenda ambiental, no es una
moda, sino un paradigma de vida que atañe sus intereses como ciudadanos.
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