lunes, 10 de octubre de 2011

La Fallaci nica

[caption id="attachment_235" align="alignleft" width="97" caption="Adrián Uriarte Bermúdez"][/caption]

La entrevista realizada por Leonor Álvarez de El Nuevo Diario al magistrado electoral Roberto Rivas Reyes, es una muestra de la función de contrapoder que están asumiendo pocos medios de comunicación en Nicaragua, en el actual proceso electoral; y confirma el rol beligerante de las mujeres en el periodismo. El valor periodístico de esta entrevista se caracterizó por hacer hablar al titular del Consejo Supremo Electoral, CSE, sobre temas incómodos que por mucho tiempo evitó abordar con la prensa crítica.


La interlocutora de Rivas Reyes fue precisamente la misma periodista de END a quien había hecho mofa luego de una conferencia de prensa, diciéndole al oído: ‘están buenas esas preguntas obligadas’. Una actitud en la que el funcionario expresó su visión adultista descalificando la capacidad intelectual de Álvarez por su condición de mujer, joven y reportera. Por eso fue una decisión correcta que END haya delegado a Álvarez entrevistar justamente al personaje político que la mayoría de periodistas autónomos desearan entrevistar.


Observación electoral, reelección presidencial, boleta única y hasta la compra de Jets fueron los temas claves que puso sobre la mesa Álvarez. Seguramente que hay muchos aspectos que quedaron fuera en esta conversación. Y no es para menos, la figura de Roberto Rivas Reyes podría superar las Cien horas con Fidel (Ignacio Ramonet); y no precisamente por el vuelo intelectual del entrevistado sino debido a la gran cantidad de inquietudes relacionada a la supuesta falta de transparencia pública. También resultó valiosa la forma directa con que abordó a Rivas: “Usted es uno de los hombres más cuestionados de Nicaragua, ¿cómo se siente con eso?”, preguntó Álvarez.


Lo deseable en el género de la entrevista es que exista un balance entre el entrevistado y entrevistador, sin embargo, no siempre esto ocurre. Una práctica común es que los entrevistados vean por debajo del hombro a los periodistas. Algunas de las razones que han fomentado este tipo de práctica obedece a la falta de preparación sobre el tema; el hecho que el entrevistado trate al periodista como su relacionista público y porque algunos periodistas lejos de mostrar ética muerden el anzuelo de la falsa camaradería que algunos entrevistados tienden hacer. Por estos vicios de la entrevista, en este género son pocos los periodistas consagrados.


El encuentro entre Álvarez y Rivas, sin duda alguna quedará como una de las principales entrevistas del periodismo durante 2011. Álvarez por primera vez logró que el todo poderoso presidente del CSE mostrara una breve porción de su lado humano reconociendo que “un funcionario público no es un robot”. Sus declaraciones confirman que todas las sonrisas ‘sarcásticas’ que ha mostrado en los medios a fines al gobierno, con la intención de minimizar las críticas, han sido fabricadas. Constituye un reconocimiento explicito al poder, prestigio y credibilidad del que goza la prensa autónoma, recordándoles a los poderosos que sus actuaciones siempre tendrán control social.


Esta entrevista constituyó una prueba para la política informativa de El Nuevo Diario. Ocurrió simultáneamente cuando la empresa Ardisa, perteneciente a este rotativo, ganó la licitación para imprimir las boletas electorales. El Nuevo Diario una vez más mostró la importancia que los medios de comunicación establezcan fronteras como instituciones de servicios públicos y empresas. Si los cálculos del licenciado Rivas al brindar esta entrevista se basaron que otorgando la licitación de las boletas electorales sería la con dulce para limpiar su imagen sobre el supuesto enriquecimiento ilícito, Álvarez demostró no hacer concesiones. ¿Un mal cálculo de la estrategia de comunicación del CSE?


La importancia de esta entrevista es que por primera vez en los últimos cinco años una periodista logró sacarle aunque sea una pizca del lado humano a uno de los personajes políticos más cuestionados. Así como la italiana Oriana Fallaci, le quitó la careta humanista a Henry Kissinger al dejarlo sin argumentos sobre la guerra en Vietnam, Leonor Álvarez hizo algo similar. Rivas no pudo justificar el supuesto enriquecimiento ilícito que investigaciones de EL Nuevo Diario y La Prensa han señalado. Se escudó diciendo que se trata de una “campaña en su contra” y que su negocio de café le ha permitido tener un buen nivel de vida.


Álvarez con esta entrevista hace verdadero honor a la capacidad crítica y seguridad que mostraban en sus entrevistas ante los poderosos, a icono mundial de la entrevista, Oriana Fallaci; y ratifica que las mujeres jóvenes periodistas tienen un gran potencial en este género para abordar a los personajes claves de la vida pública. Lo que hace falta es que los medios brinden iguales derechos y oportunidades a las mujeres. En parte a esto obedece que hasta ahora el género de la entrevista sea un terreno dominado por hombres.

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