
Una práctica informativa sana de El Nuevo Diario, ha sido su compromiso con la niñez, adolescentes y mujeres sobrevivientes de abuso sexual. Esta determinación ha contribuido a visibilizar el tema en la agenda pública demandando al Estado una política contra la violencia; y más importante, su abordaje se caracteriza por fomentar una opinión pública madura libre de tabúes, estigmas, discriminación y prejuicios.
Las páginas de Nacionales se destacan por brindar una información desde un enfoque de derechos humanos, más allá de simples hechos sangrientos que terminan revictimizando a las personas. Su tratamiento ha venido jugando un rol clave en la documentación de casos poniendo el acento sobre las graves secuelas de esta epidemia social. Un muestra de ese tratamiento informativo fue el reportaje Evitar Violencia como norma social de Rafael Lara (5/09/2011). Este trabajo pone en contexto el estado de la violencia en el país e insiste sobre la importancia que los medios de comunicación, el Estado y la comunidad articulen esfuerzos para erradicar esta pandemia social.
El compromiso de END ha ido más allá de su política informativa, desde 2007 su página de opinión viene dando cabida a la columna Hablemos del abuso sexual. El Movimiento Contra el Abuso Sexual (MCAS) todos los lunes rompe el silencio con testimonios de mujeres que durante su niñez o adolescencia experimentaron estos abusos. Por primera vez un medio escrito de circulación nacional toma la delantera exponiendo un tema que irónicamente en pleno Siglo XXI continúa siendo motivo de autocensura en muchos medios nacionales. Este hecho ratifica que El Nuevo Diario ha sabido responder a los temas del presente incorporando el abuso sexual con especial énfasis.
El nivel de importancia que ha brindado al abuso sexual infantil también es reconocido por organismos internacionales pioneros en el tema. Al menos esa fue la percepción de Martina Hävernick y Susanne Kaszinski representantes de Wildwasser (Aguas Bravas) y Kobra de Alemania respectivamente, durante su visita en Nicaragua. Luego de brindar una conferencia sobre el tema en la Universidad Centroamericana, durante una breve conversación que sostuvimos en torno al rol de los medios ante esta problemática, Hävernick y Kaszinski afirmaron que durante sus tres semanas en el país, podían valora que la propuesta de “El Nuevo Diario es una buena oferta” por abordar este asunto en su verdadera dimensión.
Un breve repaso al tratamiento que brindan la mayoría de los medios sobre el abuso sexual infantil indica que cobra importancia en la agenda pública cuando se trata de efeméride; cuando el interés político trascienden los derechos humanos hacia la niñez, adolescente o mujer que han experimentado violencia sexual; cuando la víctima es de estrato socioeconómico en condiciones de pobreza y extrema pobreza. A la lista se suma el uso de lenguaje peyorativo y juicios paralelos de parte de periodistas y medios; además existe una deuda hacia un abordaje que ahonde en las secuelas que deja el abuso sexual.
¿Se acuerdan del caso de Tipitapa? El 9 de septiembre el menú de Acción 10, Crónica y Nueva Radio Ya, se caracterizó por dedicar grandes espacios a los enfrentamientos entre policías y pobladores que intentaban entrar a la fuerza en el juzgado del municipio de Tipitapa para hacer justicia “por su propia cuenta” contra el supuesto abusador de una niña. Pobladores de Tipitapa querían despellejar a violador de menor de 8 años, rezaba el titular de Acción10. A pesar que la nota informativa protegió la identidad de los familiares de la victima, el énfasis en las declaraciones del Ministerio Público y de los familiares redundó en detalles morbosos de los hechos. También la periodista al entrevistar al supuesto abusador formuló preguntas con la intención que éste confesara el delito.
La nota rompió con los estándares del tiempo en televisión, durando siete minutos y treinta segundos, aún así quedaron muchos vacíos de contenidos en relación a las secuelas psicológica, física y jurídica de la víctima. La publicación centró su interés en mostrar corre video de los hechos de violencia los cuales suman cerca de tres minutos. Este tipo de tratamiento confirmó que la política informativa de este telediario muchas veces lejos de mostrar interés superior por la víctima su énfasis está en el show mediático.
El panorama anterior ratifica la brecha que separa a El Nuevo Diario y los noticieros de sucesos en relación al abuso sexual infantil. Su tratamiento debería servir de referente a medios y periodistas. El peso que cobra este tema en El Nuevo Diario confirma que pese al cambio de su nueva Junta Directiva, su política informativa se mantiene incólume a favor de los derechos humanos y como una tribuna abierta donde las demandas de la niñez, adolescencia, mujeres, grupos étnicos, personas con discapacidad, diversidad sexual tienen peso especifico. ¿Por qué si El Nuevo Diario ha asumido este reto que impide a los demás medios incorporar el abuso sexual infantil como un asunto transversal en sus agendas?
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