Analizando cobertura sobre sismos en Café Con Voz/Radio Universidad |
Adrián Uriarte Bermúdez*-El periodismo nicaragüense hoy más que nunca, requiere
actualizar y ampliar sus conocimientos en temas de carácter científico. Una
premisa que se puede extraer del tratamiento informativo de los sismos
de abril. Estos hechos no solo sorprendieron a la ciudadanía, sino que inclusive a los mismos medios, los cuales recurrieron a coberturas improvisadas, con enfoques de nota roja o como si se trataba de un contexto de campaña política, con un lenguaje cargado de clientelismo político, cuando en realidad, se necesitaba un
tratamiento científico, el cual hubiera ayudado a entender mejor el fenómeno y
contribuir a la salud mental de la ciudadanía.
Una de las primeras lecciones aprendidas que debería ponerse
en relieve, es que la forma en que los medios, fueron sorprendidos ante la serie de sismos, obedece a que históricamente los periodistas están preparados para informar acerca del quehacer
político, económico, nota roja, temas sociales y medianamente el abordaje de
cambio climático y huracanes, sin embargo, muy poca experiencia sobre terremotos. Previo a los hechos de abril, los sismos, únicamente eran abordados de
forma esporádica, casi como si se tratara de efeméride de verano y como reportes de mero trámite
facilitados por INETER. Una muestra de ese tratamiento simbólico y rutinario,
es que la cobertura sobre sismos tradicionalmente habían sido abordado como simulacro, protagonizado por el sector privado y
público, pero sin mayor criterio de rigor periodístico que ahondara en las causas,
y desde un enfoque científico, sino que a veces, aparecían publicados en
secciones de eventos empresariales, como asuntos de relaciones públicas.
La falta de periodistas especializados en este tema,
fue notoria cuando los grandes medios tuvieron que brindar cobertura con los
mismos reporteros que cubren sucesos policiales en algunos casos, y periodistas
que dado el receso parlamentario de semana santa, tuvieron que asumir la
cobertura de la alerta roja; y en el caso, de las salas de redacción más
pequeñas como las emisoras o canales de televisión, no hubo otra alternativa
que atender la emergencia. Este breve escenario, confirma los grandes vacíos de
formación del periodismo en temas científicos, por ello, resulta muy ambicioso
que la ciudadanía demande un tratamiento moderado y balanceado ajeno a retórica
oficial, o se priven de recurrir al sensacionalismo de ÚLTMA HORA…, cuando
estos periodistas se han curtido por muchos años, a partir de la elaboración de
un discurso cargado de tono apocalíptico o incienso retorico propagandístico. ¿Cómo
esperar un tratamiento periodístico científico sobre la alerta roja cuando los
365 se dedican a navegar entre la sangre y el culto a la personalidad?
Aunque en este tipo de emergencia resulta importante que
como parte de las políticas informativas se asuma un tratamiento mesurado y con
responsabilidad social, sin embargo, los contenidos estuvieron cargados desde
un enfoque político y sensacionalista. La excepción a los tonos alarmista o
discurso retórico, vinieron principalmente de La Prensa, Hoy, Canal 2, y Canal
15. El trabajo sobre Apoyeque de José Adán Silva, (La Prensa), o el esfuerzo de
Arnulfo Peralta (Canal 2), por hacer una radiografía sobre el sismo, fueron los
trabajos más notorios y con aproximación científica cuyos enfoques intentaron aproximarse
al problema, más allá de transmisión de conferencias de prensa de la comisión
de emergencia. Ambos trabajos prestaron mucho énfasis a explicar el porqué del fenómeno
que estaba viviendo, principalmente Managua y León. Definitivamente, cuánta
falta hizo en la sala de redacción de La Prensa, el periodista Wilder Pérez, quien
se venía forjando como un periodista especializado en temas científicos.
El periodismo científico lejos de ser una moda o un eufemismo
de la literatura de comunicación, es un desafío pendiente alcanzar en las salas
de redacción para lograr coberturas que contribuyan no solo a que los medios
sean más responsables en el manejo de la información, sino que también abandonen
practicas sensacionalistas y, contribuyan a la salud mental y tomar mejores
decisiones a la ciudadanía de cualquier sociedad. En la actual sociedad del
conocimiento, el periodismo está en un tránsito de coberturas superficiales a
un periodismo más especializado, de manera, que es una falta de responsabilidad
del periodismo asumir que la cobertura de un huracán, tsunami y terremoto es
equivalente a cubrir nota roja y política, como la mayoría de medios cayeron en
esa práctica de facilismo, cargada de tono alarmista y retórica oficial.
Similar como se cuestiona la gestión pública acerca de los
sismos de abril, el periodismo también debe extraer lecciones aprendidas en el
seno de sus políticas informativas, y quizás las más importantes estén encaminadas
a capacitar a una buena cantidad de periodistas en cada sala de redacción, para
abordar los eventos telúricos de desde un periodismo más científico, pero que
en clave sencilla informe y oriente a la ciudadanía, y además, tome distancia
de todo tratamiento cargado de pánico e histeria mediática.
Buen artículo Adrián. Los medios deben ser más pacificadores y ecuánimes a la hora de transmitir noticias como éstas debido a la carga emocional o ideológica que puede tener la noticia. Coincido en crear una nueva cultura transmisiva de fenómenos naturales sin condimentarlos con la política.
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