miércoles, 23 de abril de 2014

Algunas lecciones mediáticas de los sismos de abril


Analizando cobertura sobre sismos en Café Con Voz/Radio Universidad
Adrián Uriarte Bermúdez*-El periodismo nicaragüense hoy más que nunca, requiere actualizar y ampliar sus conocimientos en temas de carácter científico. Una premisa que se puede extraer del tratamiento informativo de los sismos de abril. Estos hechos no solo sorprendieron a la ciudadanía, sino que inclusive a los mismos medios, los cuales recurrieron a coberturas improvisadas, con enfoques de nota roja o como si se trataba de un contexto de campaña política, con un lenguaje cargado de clientelismo político, cuando en realidad, se necesitaba un tratamiento científico, el cual hubiera ayudado a entender mejor el fenómeno y contribuir a la salud mental de la ciudadanía. 


Una de las primeras lecciones aprendidas que debería ponerse en relieve, es que la forma en que los medios, fueron sorprendidos ante la serie de sismos, obedece a que históricamente los periodistas están preparados para informar acerca del quehacer político, económico, nota roja, temas sociales y medianamente el abordaje de cambio climático y huracanes, sin embargo, muy poca experiencia sobre terremotos. Previo a los hechos de abril, los sismos, únicamente eran abordados de forma esporádica, casi como si se tratara de efeméride de verano y como reportes de mero trámite facilitados por INETER. Una muestra de ese tratamiento simbólico y rutinario, es que la cobertura sobre sismos tradicionalmente habían sido abordado como simulacro, protagonizado por el sector privado y público, pero sin mayor criterio de rigor periodístico que ahondara en las causas, y desde un enfoque científico, sino que a veces, aparecían publicados en secciones de eventos empresariales, como asuntos de relaciones públicas.

La falta de periodistas especializados en este tema, fue notoria cuando los grandes medios tuvieron que brindar cobertura con los mismos reporteros que cubren sucesos policiales en algunos casos, y periodistas que dado el receso parlamentario de semana santa, tuvieron que asumir la cobertura de la alerta roja; y en el caso, de las salas de redacción más pequeñas como las emisoras o canales de televisión, no hubo otra alternativa que atender la emergencia. Este breve escenario, confirma los grandes vacíos de formación del periodismo en temas científicos, por ello, resulta muy ambicioso que la ciudadanía demande un tratamiento moderado y balanceado ajeno a retórica oficial, o se priven de recurrir al sensacionalismo de ÚLTMA HORA…, cuando estos periodistas se han curtido por muchos años, a partir de la elaboración de un discurso cargado de tono apocalíptico o incienso retorico propagandístico. ¿Cómo esperar un tratamiento periodístico científico sobre la alerta roja cuando los 365 se dedican a navegar entre la sangre y el culto a la personalidad?

Aunque en este tipo de emergencia resulta importante que como parte de las políticas informativas se asuma un tratamiento mesurado y con responsabilidad social, sin embargo, los contenidos estuvieron cargados desde un enfoque político y sensacionalista. La excepción a los tonos alarmista o discurso retórico, vinieron principalmente de La Prensa, Hoy, Canal 2, y Canal 15. El trabajo sobre Apoyeque de José Adán Silva, (La Prensa), o el esfuerzo de Arnulfo Peralta (Canal 2), por hacer una radiografía sobre el sismo, fueron los trabajos más notorios y con aproximación científica cuyos enfoques intentaron aproximarse al problema, más allá de transmisión de conferencias de prensa de la comisión de emergencia. Ambos trabajos prestaron mucho énfasis a explicar el porqué del fenómeno que estaba viviendo, principalmente Managua y León. Definitivamente, cuánta falta hizo en la sala de redacción de La Prensa, el periodista Wilder Pérez, quien se venía forjando como un periodista especializado en temas científicos.

El periodismo científico lejos de ser una moda o un eufemismo de la literatura de comunicación, es un desafío pendiente alcanzar en las salas de redacción para lograr coberturas que contribuyan no solo a que los medios sean más responsables en el manejo de la información, sino que también abandonen practicas sensacionalistas y, contribuyan a la salud mental y tomar mejores decisiones a la ciudadanía de cualquier sociedad. En la actual sociedad del conocimiento, el periodismo está en un tránsito de coberturas superficiales a un periodismo más especializado, de manera, que es una falta de responsabilidad del periodismo asumir que la cobertura de un huracán, tsunami y terremoto es equivalente a cubrir nota roja y política, como la mayoría de medios cayeron en esa práctica de facilismo, cargada de tono alarmista y retórica oficial.

Similar como se cuestiona la gestión pública acerca de los sismos de abril, el periodismo también debe extraer lecciones aprendidas en el seno de sus políticas informativas, y quizás las más importantes estén encaminadas a capacitar a una buena cantidad de periodistas en cada sala de redacción, para abordar los eventos telúricos de desde un periodismo más científico, pero que en clave sencilla informe y oriente a la ciudadanía, y además, tome distancia de todo tratamiento cargado de pánico e histeria mediática.        


1 comentario:

  1. Buen artículo Adrián. Los medios deben ser más pacificadores y ecuánimes a la hora de transmitir noticias como éstas debido a la carga emocional o ideológica que puede tener la noticia. Coincido en crear una nueva cultura transmisiva de fenómenos naturales sin condimentarlos con la política.

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