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Congreso Comunicación para el desarrollo y nuevas tecnologías/Foto COMUNICA |
Adrián
Uriarte Bermúdez- El desarrollo vertiginoso de Internet y las redes sociales,
ha venido a fortalecer el campo de acción de la comunicación para el
desarrollo. Un hecho impensable hace 50 años, cuando por primera vez, Luis
Ramiro Beltrán, principal pionero de la comunicación para el desarrollo en
América Latina, ubicaba a la radio como el ADN para la comunicación para el
desarrollo. Sin embargo, esta tesis entró en crisis, producto de la influencia
que están teniendo las redes sociales en este modelo de comunicación. Las redes
sociales han devuelto verdaderamente la palabra a la gente en la gestión de la
comunicación para el desarrollo; y además Internet reconfiguró las fronteras geográfica
de la radio analógica que hacía pensar como campo de acción únicamente lo rural
y comunitario. Internet ha globalizado los procesos de comunicación para el
desarrollo.
A pesar de este nuevo horizonte de comunicación, el
colombiano José Miguel Pereira, en su intervención en el primer congreso de
comunicación para el desarrollo y nuevas tecnologías, matizó que todavía en
algunos procesos la radio tradicional sigue siendo vista como el medio icono
para democratizar y empoderar a la ciudadanía. Afirma que desde la perspectiva
del ‘basismo’ en las comunidades, la
radio todavía es una práctica dominante. Clemencia Rodríguez, es la más fiel
defensora de la radio como medio alternativo. Rodríguez en su ponencia durante
el congreso, insistió en la necesidad de regresar a las raíces de la
comunicación para el desarrollo, rescatando el sentido y significado que tiene
la radio comunitaria. Sin embargo, retomar esta propuesta sería, negar
automáticamente el desarrollo exponencial de Internet, y el nuevo escenario de
la comunicación en el presente.
Apostar a la radio como el medio por excelencia en la
comunicación para el desarrollo, es negar el nuevo mapa de las
telecomunicaciones e Internet en América Latina, dominado por la televisión e
Internet, principalmente en la última década. Nadie cuestiona los aportes que
hizo la radio en su contexto histórico principalmente en los años sesenta,
setenta e inclusive en los noventa. Podemos afirmar que la radio en los
procesos de comunicación para el desarrollo jugó el rol estratégico de su tiempo.
Sin embargo, el desplazamiento de la radio también es una realidad. El primer
cambio ocurrió en la industria cultural con desaparición de las radionovelas. Luego
las propuestas de Eduentretenimiento en televisión eclipsaron la radio en los
procesos de comunicación porque la sociedad pasó de escuchar a ver, como señala
Giovanni Sartori.
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Dra. Clemencia Rodríguez- Exponiendo Congreso Comunicación/COMUNICA. |
La agenda en la comunicación para el desarrollo en las
primeras tres décadas se caracterizó por guerras civiles, minería,
analfabetismo y agricultura. En ese contexto, la radio jugó un papel clave al
situarse como Radioescuelas, haciendo aportes importantes, pero existe consenso
entre los estudiosos del tema, que pese a ese rol pedagógico, no logró el pleno
empoderamiento y participación crítica de las audiencias, porque el modelo de
comunicación fue vertical. La televisión amplió la temática hacia los derechos
humanos, equidad-género, trata de persona, etc. Y la llegada de Internet vino
ampliar aún más la agenda por medio del
trabajo de correduría de contenidos, que el analista Francis Pisani, han llamado
alquimia de las masas. Internet hizo
posible que se dejara de pensar únicamente en la comunicación entendida desde
la zona rural por una propuesta más globalizada en tiempo real.
En mero siglo XXI, volver la mirada hacia los orígenes de la
comunicación para el desarrollo limitada a la radio, aunque seguramente tiene
sentido en muchas comunidades que se han resistido a la ola de la globalización
para conservar la identidad y cultura, a su vez, la otra lectura que puede extraerse
de este planteamiento, es aceptar falsamente como premisa que la comunicación
para el desarrollo únicamente tiene sentido en lo rural. Un paradigma que el
eduentretenimiento (E-E), se encargó de desmontar.
La serie sociales de televisión ratificaron que los problemas entre la zona
rural y urbana eran los mismos: violencia, salud, educación, pobreza, quizás la
única diferencia fueron los contextos. En el caso de Nicaragua, aunque la radio
continúa teniendo cierta influencia sociológica y cultural en la zona rural,
también merece enfatizar que los canales locales vienen quitando protagonismo
local a la radio en los procesos de comunicación para el desarrollo. De manera,
que no tiene sentido continuar aceptando que la comunicación para el desarrollo
tiene sentido solo desde la radio y la comunidad.
Internet se incorporó en el nuevo ADN de la comunicación
para el desarrollo, dibujando, como en sus orígenes ocurrió con la radio. Pese
al deseo, de continuar al modelo ‘basista’ de comunicación para el desarrollo, como
proponen Clemencia Rodríguez, siguiendo la misma línea de pensamiento de Luis
Ramiro Beltrán, Paulo Freire, Mario Kaplún y Jesús Martín Barbero, lo cierto es
que la comunicación para el desarrollo debe entenderse como un proceso y más
importante aún, atender los nuevos procesos de comunicación, como mencionó Virginia
Lacayo durante su ponencia. Las redes sociales han penetrado en todos los
espacios de la comunicación, la comunicación para el desarrollo es un buen
ejemplo de ello, inclusive en zonas geográficas que por mucho tiempo fueron
espacios de socialización y problematización exclusivo de la radio. Internet ha
logrado pasar la comunicación para el desarrollo de la comunidad a la aldea global,
los casos más emblemáticos han sido las radio online.
*Reflexiones acerca del Primer
Congreso de Comunicación para el Desarrollo y Nuevas Tecnologías, organizado
por la Escuela de Comunicación UCC, MOVISTAR y COMUNICA.
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